Vengo desde el más lejano de los confines
A alimentarme de tus valles
a beber de tus jardines.
Vengo con el corazón zurcido
con el alma sorda y los ojos tullidos.
vengo hacia ti con el brazo torcido
con la cara mustia y el pecho encendido.
vengo con la cicatriz horrenda del castigo
a mirar en tus soles
a buscar el abrigo
Vengo desde el extremo frió del reproche
A alimentarme de tus días
a beber de tus noches.
Vengo de tan lejos, tantos caminos.
Tanta suciedad malpisada,
tanta dureza mal limada...
Curtido vengo de vientos salinos...
Vengo desde el extremo oscuro de este planeta
A alimentarme de tus montes
a beber de tus saetas.
traigo costras en los labios
de tanto andar entumecido
vengo doblado en el agravio
vengo lento, carifruncido
ahogado en mis resabios
y el corazón malavenido
Vengo desde el lugar donde mueren las brisas
A alimentarme de tus ojos
a beber de tu sonrisa.
vengo con tanto daño...
con cristales rotos
en mis ojos castaños
con el pecho inflamado
de pasados remotos
Y vengo del eslabón
puro del arrepentimiento
a pedir tu perdón
por mi comportamiento
Vengo desde el extremo sucio de la vileza
A alimentarme de tus luces
a beber de tu pureza.
Vengo a decirte que eres mi luz, mi vida y mi riqueza...
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