jueves, 9 de junio de 2011

Alex

Seguramente he sido
el único hijo de un padre
que es a la vez mi hijo
mi padre y mi hijo
mi hijo y mi padre.

Casi dieciocho largos años
van desde aquel frío trece
y aun mi alma se estremece
y reparo no hallo al daño
que al tormento ponga cese
ni encontrarlo me interese
más yo vivo en mis antaños.

Más yo vivo en tu recuerdo
que en la vida me has dejado
si en morir es nuestro acuerdo
si tan míos son tus hados
¿qué me importa lo que muerdo?
¿qué me importa lo no hallado?

Tanta falta me haz hecho,
tanto de ti me han hablado,
tanta andanza a provecho,
tantos males superados;
que con fuego de mi pecho
con paciencia te he forjado.

Esculpí tus manos en primero
para imaginarme entre tus brazos
y recibir tu amor sincero
acomodado en tu regazo.
Las forjé con paciencia de herrero,
las creé con caricias de alfarero,
para que fueran mi hermosa cuna
y no hubiera en ellas falla alguna.
Las hice suaves, blancas, perfectas
las hice firmes, recias y correctas
para que en ellas empuñaras la luna
e iluminaras con ella tus verdes lagunas.

Te hice heredero de mil epopeyas,
te vi blandir la espada como fiero Roldán
y como Aquiles te vi quebrar las grebas bellas,
fuiste más bello que cualquier hijo de Adán
y hoy eres más bello que todas las estrellas.

Te di una mente firme, de hierro y templada
y un corazón valiente, de fuego y arrojado
te di un par de verdes  y luminosas ventanas
para que vieras el mundo por ti conquistado.

En cuarenta noches cree tu rostro
en bello marfil pulido y perfilado
le di el más sereno de los semblantes
para que a nadie le fuera olvidado.

y así penacho al viento y desafiante
lo vi cruzar los altos muros
dejando a su hijo anhelante
esperando frío y mudo
mas volver ya nunca pudo...
dejome solo en el silencio,
en este mundo amenazante,
perdido entre los necios
perdido como Astianacte.

Y qué me importa si eres real
o si eres producto de tu ausencia
si conmigo haz sido siempre leal
si haz estado conmigo en mi dolencia
¿qué me importa si no tengo la evidencia?
afortunado soy pues eres como quiero
producto y productor de mis anhelos
eres tan gallardo, eres tan fiero
duro como el roble, alto como el cielo
¿qué importa si naciste en mi desvelo?

Entre historia y literatura
hay tan poco trecho
que no importa si tu figura
es ficción o es un hecho.

Padre, padre, padre y padre
Padre te digo mil veces padre mio
con orgullo en mi sangre digo padre,
no me olvido de tu nombre
ni de lo que has sido, padre mio,
soy lo que viviste, soy tu hijo
soy tu superado desafío.
Cuando volabas allá errante
fue el destino quien me hizo
ser tu ancla y tu estandarte
cuando allí en mi tierno rizo
por amor te regalaste.

Y fue Destino quien me hizo
ser la sombra de un gigante.
Tu semilla  pues no quiso
darme espejos de tu sangre.
de tu cuerpo tan macizo,
de tu mente tan brillante,
 hizome sólo semejante.
 Mas no creas padre mio
que me quedo sollozante
ante todo desafío...
con tu herencia insoslayable,
con tu nombre y con tu sangre
lucho siempre a nuestro avío.

A los veintitrés decidiste elevarte
y veintiún ya alegre cuento
que sólo faltan dos para alcanzarte
inmortales seremos presiento
 espera pronto iré a buscarte.